Así como comparar los precios de una televisión en distintas tiendas sirve para que pagues un precio competitivo y justo, comparar antes de pedir una tarjeta de crédito permite endrogarte al interés menos usurero y con la institución que te ofrece los beneficios más adecuados para tu tipo de consumo.
No se nos da lo de comparar antes de pedir una tarjeta de crédito si consideramos que más de la mitad de las personas en México no comparó su crédito o tarjeta de crédito antes de contratarla. De acuerdo con la última Encuesta de Inclusión Financiera en México, 71.1% de las personas que en 2015 tenían un crédito no compararon antes de adquirirlo.
Las razones detrás de esto pueden ser varias: las largas horas en las filas de los bancos sólo para ser atendido y resolver nuestras dudas, la desconfianza en la banca móvil, la ineficiencia del servicio al cliente por medio del teléfono, la falta de información completa y personalizada en los portales bancarios sobre sus tarjetas, la ausencia de una herramienta como Tec-Check ? que convierta la comparación en una tarea fácil de hacer. De la población que sí comparó, 73.5% lo hizo en las sucursales bancarias y apenas un 23.3% utilizó el internet para hacerlo.
No sólo no comparamos, algunos tarjetahabientes vivimos en la ignorancia
Aparte de no comparar antes de pedir una tarjeta de crédito, existen tarjetahabientes en México que no tienen conocimientos sobre datos básicos de una tarjeta de crédito como tasa de interés, comisiones. Esto empeora en los tarjetahabientes de una tarjeta departamental.
Por ejemplo, mientras 4.7% de las personas con una tarjeta de crédito bancaria no sabe si le cobran comisiones o anualidad, 9.2% con tarjeta de departamentales no tiene conocimiento sobre este aspecto. Lo mismo sucede con la ignorancia con respecto a los intereses, 3.4% de las personas con tarjeta bancaria no conoce este dato y el porcentaje aumenta a 6.0 para personas con tarjeta departamental.
En México, 62 de cada 100 carece de educación financiera, lo que se puede interpretar como falta de conocimientos sobre finanzas y falta de buenos hábitos al momento de utilizar productos y servicios financieros. La existencia de conceptos como Costo Anual Total (CAT), tasa de interés interbancaria (TIIE), el registro de ingresos y egresos, la medición de rentabilidad, entre otros, son conceptos y actividades que hacen de comparar una tarjeta de crédito una tarea difícil para la mayoría de los mexicanos.
La educación financiera idealmente inicia desde la niñez y la adolescencia. De acuerdo con la ENIF 2015, 66% de los adultos dijeron haber recibido indicaciones de cómo ahorrar cuando eran menores de edad, su principal fuente de enseña fueron sus padres y el instrumento mayor usado fue una alcancía. Esta enseñanza del ahorro es mayor conforme aumenta el nivel de escolaridad. Mientras 52% de los adultos con educación primaria recibió educación sobre ahorro, 81% con licenciatura la tuvo.
No comparamos, no sabemos conceptos básicos y nos atrasamos en los pagos
El pago tardío también es una característica predominante de los tarjetahabientes en México. De acuerdo con la ENIF 2015, 37.9 y 29.9 por ciento de las personas con tarjeta departamental y bancaria se atrasaron en su pago. La encuesta no profundiza en las razones detrás del pago tardío aunque pueden ir desde el desconocimiento de las fechas de corte y límites de pago hasta la insolvencia económica.
Con respecto a la cantidad pagada, la mayor proporción de los tarjetahabientes paga lo requerido al corte para no generar intereses (44.2%). Le siguen los que hacen el pago mínimo (21.8%), más del pago mínimo (18.1%), total del adeudo (10.5%) y finalmente los que pagan menos del mínimo (3.4%).
Comparar antes de pedir una tarjeta de crédito es parte de tener una educación financiera
Hay muchas definiciones de educación financiera. Según la OCDE, la educación financiera es el proceso mediante el cual los individuos adquieren una mejor comprensión de los conceptos y productos financieros y desarrollan las habilidades necesarias para tomar decisiones informadas, evaluar riesgos y oportunidades financieras, y mejorar su bienestar.
Comparar antes de pedir una tarjeta de crédito implica comparar los intereses, CAT, anualidades que tienen diferentes tarjetas, así como, tomar en consideración los ingresos y gastos que tenemos. Hacer esto nos permite elegir la tarjeta con la generaremos una deuda lo menos perjudicial para nuestro bolsillo y salud mental. La educación financiera trae beneficios no sólo a nuestro bienestar monetario sino también contribuye a demandar mejores servicios en el sector bancario y financiero.
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Fuentes:
Escrito por Fiorentina, Jefa de Investigación en Tec-Check